Infetilidad: el silencioso peso de una pareja

Cuando sucede, no se habla. Cuando se calla, duele el doble. Enfrentar la infertilidad es una lucha llena de emociones que nos desestabiliza como pareja, pero es ahí cuando más tenemos que estar conscientes que lo atravesaremos JUNTOS.

Lic. Milagros Ramírez

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Cuando frente al deseo de formar una familia y tener hijos, se encuentran nada más que puros obstáculos, es muy difícil encontrar palabras de aliento y motivación para seguir adelante. Hoy quiero hablarles directamente, como si estuviera sentada junto a ustedes, tomándoles las manos a ambos. Sé del anhelo profundo que los une como pareja, de ese sueño de construir una familia que hoy parece esquivo. Y también sé del silencio, de la frustración que carcome por dentro, de esa punzada que duele cada mes. Quiero que sepan, desde lo más profundo de mi experiencia (personal y profesional), que no están solos en este camino.

Este deseo intenso puede -sin querer- aislarlos. La vergüenza sutil que podemos sentir al tener que responder las preguntas amorosas como "¿para cuándo llaman a la cigüeña?", con miedo a no ser comprendidos, nos encierra en un laberinto de emociones. Pero es crucial que sepan que buscar una red de contención es un acto de valentía y una fuente de fortaleza inmensa. Hablen con quienes los aman, busquen grupos de apoyo, permítanse compartir este peso sin prejuicios.

Y mientras transitan este presente incierto, quiero sembrar una semilla importante: visualicen una vida plena y feliz, sea cual sea el camino que la vida les depare. Su proyecto de dos, esa conexión única que los une, ya es la primera y más hermosa familia que han creado. El "nosotros" es muchísimo más que un "Yo+Tú", es esa vida que creamos y recorremos juntos. No permitan que la ausencia de un hijo opaque la belleza de lo que ya tienen, del proyecto de vida de amor, compartida.

Quiero dejarles algunas reflexiones directas. Habrá días en los que les costará conectar con algunas de ellas, pero en los momentos de mayor tristeza pueden ser un faro que nos saca del pozo, haciéndonos cambiar de foco, a donde realmente necesitamos que esté.

Estas sugerencias sirven para ambos:

  • Hablen con el corazón abierto: permítanse la vulnerabilidad, no es necesario mantener la compostura ni las apariencias entre ustedes. Compartan sus miedos, sus esperanzas, sus frustraciones. Creen un espacio donde cada uno se sienta seguro para expresar lo que siente, sin juicios. Recuerden que ustedes se ven desnudos (en todos los sentidos posibles) y no habrá nadie más respetuoso y cuidadoso con sus vulnerabilidades que la propia pareja.

  • Respeten sus tiempos: cada uno de ustedes vivirá este proceso a su manera, son diferentes en muchos aspectos, incluidos el cómo doler las cosas. Permítanse sentir, aunque los tiempos no coincidan. La comprensión, la paciencia y la buena comunicación son sus aliadas en este recorrido.

  • Nutran mucho su amor, de todas las maneras posibles: recuerden por qué se eligieron, qué les gustó en un inicio y qué fue eso que descubrieron más adelante, que no quieren dejar ir jamás. Dediquen tiempo a conectar (no se escondan detrás de la rutina del trabajo y obligaciones), disfruten el tiempo estando juntos, reafirmen ese vínculo que los une más allá del deseo de ser padres.

  • Busquen ayuda profesional: no teman apoyarse en terapeutas especializados. Ellos pueden guiarlos, ofrecerles herramientas y sostenerlos en este momento delicado. Sé que es muy difícil abrirse y decir lo que uno lleva dentro, pero les aseguro que el peso compartido, pesa menos.

  • Infórmense juntos. Aunque la clave médica pueda estar en uno solo de ustedes, el proceso lo transitan juntos. Naveguen la información médica como un equipo, tomen decisiones juntos, dialoguen sobre las visiones de uno y de otro. Porque en esto, ustedes dos son como uno.

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Quiero hablarte especialmente a vos, mujer. Estuve en tus zapatos, y te digo (y me digo a mi misma, para sanar) que la presión silenciosa es inmensa, y sentís de alguna manera que recae más sobre tus hombros. En mi caso, sentía que lo que fui llamada a ser por naturaleza misma no se me daba, entonces ¿cuál era la razón por la cuál Dios me hizo mujer? Sentía una profunda inutilidad, frustración e incompetencia, que me costó mucho enfrentar y superar. Y este es mi consejo para vos: permitite sentir esa frustración, esa tristeza, incluso rabia. No intentes mantener la compostura, este no es el momento de sostener caretas. Es normal que te sientas así, no hay que jugar a ser fuerte. Date permiso a sentir la punzada de dolor o incluso la envidia cuando veas a otros, a otras, embarazadas o cochecitos de bebé siquiera, pero recuerda que su camino es diferente al tuyo. No te quedes atrapada en ese sentimiento, dirigí tu atención a las cosas buenas que sí tenes en tu vida hoy y a tu relación de pareja. Busca pequeñas alegrías diarias que te recuerden que la vida sigue siendo hermosa

En momentos en que todo es parece oscuro, aunque parezca muy difícil, date amor de alguna manera: un baño, un libro, música, mindfulness, lo que encuentres que te pueda dar paz. Y tené a mano las cosas que te hacen sentir bien de alguna manera, para poder ir a buscarlas cuando más las necesitas. Estas cosas hacen tambalear fuertemente el autoestima, y aunque sea difícil, no hay que dejar de amarse.

Sé que hablar de esto no es fácil, pero compartir tu experiencia con quienes han vivido algo similar puede ser liberador. Somos muchas las mujeres que estamos en el mismo barco, y podemos contenernos juntas. Es importante que pese a esto, no te compares y sobre todo, no te juzgues. Tus emociones son válidas, todas las que sientas en este momento.

No te olvides de la vida de pareja, y de la vida sexual, ya que por estar enfocados en lograr el embarazo, es fácil caer en la sensación de que el sexo es una obligación, sin amor, algo mecánico que debe ser funcional. Busquen la conexión física y emocional por puro disfrute, más allá de la concepción. La intimidad es mucho más que la genitalidad, y explorarla nos acerca mucho más al otro. En criollo: hagan el amor, con mucho amor.

Quiero hablarle a los hombres que están en esta situación. Sé que la presión de "proveer descendencia" puede pesar silenciosamente, como muchas otras emociones que aún estamos permitiéndonos sentir, como la frustración o la impotencia. Quiero acercarte un consejo sobre cómo mantener la esperanza sin caer en la obsesión. Es fácil aferrarse a cada pequeña señal o cada tratamiento con una intensidad que genera mucha ansiedad. Permítanse tener esperanza y desear un hijo, pero también establezcan límites para no dejar que este deseo consuma cada aspecto de sus vidas. Continúen disfrutando de sus hobbies, de sus amigos, de su tiempo juntos como pareja. Recuerden que su valor como individuos y como pareja no depende de tener o no un hijo.

Quiero ser muy directa con este mensaje: tu sentir también es importante, no lo ocultes, no lo tapes, intenta ponerlo en palabras, ya que lo que no se habla explota por otro lado. Te invito a que puedas comunicar tu propio duelo, descubriendo cómo poder explicarle a tu pareja cómo lo estás viviendo. Tu forma de sentir puede ser diferente, pero tu dolor es real e igual de significativo.

Busca la forma de liberar el estrés que mejor te resulte: puede ser con ejercicio físico, deportes, escuchar música o algún hobbie, lo que sea pero busca espacios para vos mismo. Me gusta poner el ejemplo de la azafata al empezar el vuelo, que recomienda que en caso de despresurización de la cabina, que cada uno se ponga la mascara de oxigeno, porque si no tenés aire (en el sentido más metafórico de la palabra) no vas a poder ayudar a nadie a tu alrededor. Así que, date aire.

Si, a los hombres también le duelen las cosas. Por eso, habla con alguien de confianza, no cargues con este peso vos solo. Busca un amigo, un familiar, un terapeuta. No solo por lo que sentís por no poder concretar el proyecto, también por el hecho de apoyar activamente a tu pareja, lo que puede ser muy abrumador. Si bien es necesario que te involucres en el proceso, acompañarla y escucharla sin juzgar -porque tu presencia su mayor apoyo-, eso no quiere decir que hacerlo sea sencillo.

Y sé que los hombres tienen una forma diferente de hablar de sus cosas privadas, pero te recomiendo que busques otros hombres que comprendan tu situación. A veces parece menos visible, pero existen espacios donde los hombres comparten sus experiencias de infertilidad y lucha para lograr tener hijos. Tampoco estas solo en esto.

Queridas parejas en búsqueda, en lucha, este camino puede ser arduo, pero no tiene por qué ser solitario. El amor de la pareja es la brújula, la comunicación es el mapa y el apoyo mutuo es la fuerza que los guiará. Recuerden siempre que la primera y más importante vida que han creado es la suya, juntos. Cuídenla, valórenla y permítanse construir una felicidad que trasciende cualquier expectativa. Estoy aquí para ustedes, en cada paso del camino.

man and woman standing and touching foreheads during golden hour
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